jueves, 16 de junio de 2011

MARAVILLA QUE INSPIRA A RECONOCER SU MAGIA


La última gran Maravilla: el Machu Picchu.

Considerada una de las más extraordinarias muestras de arquitectura paisajística del mundo. La ciudadela de Machu Picchu fue descubierta en 1911 por el explorador norteamericano Hiram Bingham y su nombre significa ‘Vieja montaña’. Sobre esta montaña los Incas construyeron las mas magnificas e imponentes estructuras utilizando ingeniosas técnicas para la época. La pulcritud y prolijidad de estas estructuras, como también sus talladuras son retazos de historia que no quieren perderse ni si quiera aquellos que se trasladan desde muy lejos para presenciar estos imponentes paisajes

Machu Picchu era lo que se llamaba llaqta, o sea, un antiguo poblado andino inca construido principalmente a mediados del siglo XV al sur del Perú.

Según algunos documentos del siglo XVI este lugar habría sido una de las residencias de descanso de Pachacútec (primer emperador inca, 1438-1470). Sin embargo, algunas de sus características estructurales demostrarían que fue usado como santuario religioso. Ambos usos, el de palacio y santuario, no habrían sido incompatibles, por lo que todavía no se sabe bien con que fines fue construido. Lo que si puede decirse a simple vista, es que este lugar representa una obra maestra, tanto para arquitectura como para la ingeniería.

El complejo está claramente dividido en dos grandes zonas: la zona agrícola y la zona urbana. Ambas separadas por un gran muro, un foso y una escalinata.

La Zona Agrícola está formada por grandes escalones de piedras, arcilla y tierra construidos para el cultivo. Estas estructuras facilitan el drenaje, evitando que el agua se junte y se desmorone su estructura. Este tipo de sistema fue tan efectivo que se siguió utilizando hasta principios del siglo XX.

La Zona Urbana se divide a su vez en un sector hanan (alto) y otro hurin (bajo) de acuerdo a la tradicional bipartición de la sociedad y la jerarquía andina.

En el Sector Hanan se encuentran las estructuras que permitían asentarse a los viajeros que llegaban a la ciudad (establos para camélidos, talleres, cocinas y habitaciones).
También está en este área El templo del Sol, un “Torreón” de bloques finamente labrados, usado para ceremonias relacionadas con el solsticio de junio.



El Torreón está construido sobre una gran roca y debajo hay una pequeña cueva forrada completamente con mampostería fina. Se cree que fue un mausoleo donde reposaron momias como la de Pachacutec.

Por último, pero no menos interesante, se puede visitar la piedra Intihuatana (según leyendas y traducciones, donde se amarra el Sol).

Esta está situada sobre una gran colina con dos grandes escaleras de acceso, una al norte y una al sur. La cima de esta colina fue convertida en una enorme terraza con la forma de una gran pirámide de base poligonal.

El sector Urin por su parte, es poseedor de la Roca sagrada, una piedra de cara plana colocada sobre un gran pedestal que a su vez marca el inicio del camino hacia Huayna Picchu; el Grupo arquitectónico de las tres portadas; y el Grupo de los morteros o Acllahuasi, lugar que se supone que albergó a mujeres de la elite dedicadas al servicio religioso y a la artesanía fina.

El área edificada en Machu Picchu es de 530 metros de largo por 200 de ancho e incluye al menos 172 sectores para visitar. Por ello se vuelve tarea casi imposible nombrarlos a todos y también se dificulta su detallada descripción. Lo cierto es que los afortunados que puedan visitar este lugar no van a aburrirse nunca, ni dejarán de hallar cosas nuevas en cada paso. No por poco se le reconoce (al fin) como una de las más importantes maravillas que representan nuestro planeta.

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